IGUALDAD EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
Después de leer
toda la documentación del módulo correspondiente a la igualdad de género en la
Administración dentro del curso de INAP sobre “Fundamentos sobre la Igualdad
entre Mujeres y Hombres” me he puesto a reflexionar sobre la situación en mi Departamento
y qué medidas podrían aplicarse para impulsar la igualdad entre mujeres y
hombres.
A modo de
presentación, se puede decir que trabajo en un Departamento relativamente
pequeño, en las que están incardinadas 34 personas de las que 5 son mujeres.
Esto supone el 14,7 % de presencia femenina en el Departamento, lo que está muy
lejos de, al menos, ese 40 % óptimo. Esto viene arrastrado por dos factores; el
primero es que la presencia de mujeres en toda mi Dirección General es solo de un
7% y, el segundo es que, en los procesos
selectivos para el Departamento no se tiene en cuenta la vertiente del género
para elegir a los candidatos al puesto y
solo se contemplan sus méritos. Al menos estamos por encima del porcentaje
existente en toda la organización.
Eso sí, ninguna de
las 5 mujeres del Departamento tienen un puesto directivo sino que están en un
nivel administrativo intermedio o bajo.
Sería de fácil
aplicación la vertiente de género en el caso que nos ocupa ya que los puestos son de
libre designación lo que haría fácilmente alcanzable el objetivo de aumentar el
número de mujeres considerando, además, que es urgente la incorporación de
alguna mujer en alguno de los puestos directivos.
Otro punto a
considerar es si en el Departamento se dan las condiciones para que una mujer
cubra sus necesidades, es decir, si tiene acceso a baños y vestuarios propios,
si el ambiente de trabajo está protegido contra actitudes sexistas o si se
tienen facilidades para la conciliación familiar (ya que, a día de hoy, aún son
más las mujeres las que se acogen a este tipo de medidas sobre todo en aquellos
casos en los que la medida de conciliación lleva aparejada reducción salarial).
En este punto se
puede afirmar que, después de una entrevista con todas las mujeres del
Departamento, sus condiciones laborales son relativamente buenas aunque aún
quedan pasos por dar.
Por otro lado,
habría que seguir incidiendo en la concienciación de todos los componentes del
Departamento a través de formación en materia de igualdad para lograr la sensibilización
de todos ellos en perspectiva de género. No obstante este tipo de acciones no
se considera suficiente y habría que ampliarla con la introducción de
protocolos específicos que vayan modificando comportamientos adquiridos.
Por último, no nos
podemos olvidar de la utilización de un lenguaje no sexista e inclusivo, tanto
mientras interactuamos entre los componentes del Departamento, como en las
reuniones y, por supuesto, en todo el material escrito que se genera. A nivel
oficial se dispone de una guía con recomendaciones para un uso no sexista del
lenguaje.
Ya sé que son
acciones “humildes” al tratarse de una muestra insignificante dentro del gran
todo que es la Administración General del Estado pero, grano a grano de arena
se construye una playa.
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